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Cuando cualquier extranjero piensa en Bélgica, seguramente lo primero que le venga a la cabeza sea el chocolate, la cerveza, el Atomium de Bruselas… y Tintín. El personaje creado por Hergé hace casi un siglo se convirtió en todo un icono, un ídolo de masas y probablemente el personaje de comic europeo más reconocible en todo el mundo. Hergé era belga y por tanto, su personaje también lo es, por lo que llevó la fama de su país por todo el mundo a través de los 24 albumes de historias completas que se publicaron sobre Tintín a lo largo de cuatro décadas, a mitad del siglo XX. Tanta fue la celebridad del personaje que, posteriormente, se han hecho numerosas adaptaciones de su obra al cine, a la televisión e incluso al teatro.

Y es que Tintín es un personaje que encandila, por su nobleza, por su sagacidad y su valor, pero está más que bien acompañado por secundarios de lujo como su perro Milú, el profesor Tornasol o el capitán Haddock, que se han convertido también en personajes imprescindibles dentro de sus historietas, llenándolas de vida y colorido. Tintín viaja por todo el mundo tratando de encontrar nuevos reportajes, luchando contra las causas injustas y viviendo mil aventuras. Una historia así no podía quedarse solo en los cómics, y por eso numerosas productoras han intentado llevarla a la gran y a la pequeña pantalla. Seguramente la mejor representación fue la serie Las Aventuras de Tintín, creada en 1991 en coproducción franco-canadiense, una serie que se pudo ver en todo el mundo y que llevó a nuevas generaciones a leer los cómics originales de Hergé, manteniendo todavía la vigencia del personaje.  

Las historietas de Tintín

En 1930, Tintín veía la luz por primera vez en el suplemente juvenil del pequeño diario belga Le Vingtième Siècle, donde trabajaba como redactor y dibujante su creador, George Remi, más conocido por su seudónimo Hergé.

Las primeras siete aventuras del joven reportero se publicaron en ese suplemento, pero posteriormente, Hergé ya contaba con el suficiente apoyo y éxito como para lanzarlas en formato de álbum de cómic, lo que hizo desde finales de los años 30 hasta su muerte, en 1983, dejando inacabado el álbum número 25. Por aquel entonces, Tintín ya era un personaje tremendamente reconocido en toda Europa y empezaba a serlo también en el resto del mundo, gracias a sus exóticas y espectaculares aventuras.  

Producción de la serie

No es de extrañar, por tanto, que pocos años después de la muerte del autor, un par de productoras se encargaran de llevar al formato serie televisiva animada sus historias. Ya había un precedente, en los años 50, de una serie de más de un centenar de capítulos, basada en las aventuras ya publicadas de Tintín. Sin embargo, la versión de 1991 sería mucho más interesante, con mayor calidad y manteniendo el espíritu del dibujo y de las historias de Hergé. Ellipse Programme, la productora de animación francesa, se unió a la canadiense Nelvana Limited para llevar a cabo una nueva versión remozada de las aventuras de Tintín para la pequeña pantalla, con el objetivo de revitalizar el personaje en las nuevas generaciones.

Decidieron, dado que los tiempos habían cambiado, dejar fuera algunos de los álbumes publicados, sobre todo los que más polémica habían traído, como Tintín en el Congo o Tintín en el país de los Soviets, ya que estos solían ser criticados por su contenido anticomunista y racista, ya desfasado a principios de los 90. La dirección de la serie se encargó a Stephane Bernasconi, que realizó un grandioso trabajo preparando  y adaptan las aventuras de Tintín, cubriendo cada historia con dos episodios de media hora y ofreciendo una visión renovada del mítico personaje de Hergé, algo más adulta, que llegó  a todo el mundo en los años siguientes.  

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Las aventuras de Tintín ahora en televisión

El estreno de la serie tuvo lugar en 1991 en la cadena France 3, para pasar a emitirse posteriormente en todo el mundo a través de otros canales, como Canal +. Se realizaron 39 episodios en total, con una duración de una media hora aproximadamente. Los productores se encargaron de mantener una fidelidad absoluta tanto en el dibujo como en el espíritu de las historias de los capítulos, directamente sacadas de los propios álbumes de Tintín. Aunque la técnica de animación era principalmente tradicional, es cierto que en algunos episodios, como Objetivo: La Luna, se llegaron a utilizar algunas escenas de animación en tres dimensiones, algo muy potente para la época.

Se introdujeron algunos cambios con respecto a las historias originales, algo habitual en toda adaptación. Por ejemplo, se rebajó el nivel de violencia y el  uso de armas de fuego, ya que se consideraba que el público al que llegaría la serie sería mayormente infantil. Así mismo, se le resto protagonismo a Milú, el perro de Tintín, que en las historietas solía hablar y romper la cuarta pared para que el lector entendiera sus pensamientos, algo que no ocurre en la serie. Igualmente, la banda sonora fue compuesta de manera totalmente original por Ray Parker, que le dio un nuevo aire aventurero y épico a las historias de Tintín, llevándolas un paso más allá.  

La llegada de Tintín al cine con Steven Spielberg

Aunque se habían producida algunas películas de animación anteriormente con el personaje de Tintín como protagonista, la llegada del aventurero belga al cine tuvo que esperar hasta el siglo XXI. En 1983, el director Steven Spielberg, fan acérrimo del cómic original, se hizo con los derechos de Tintín para la gran pantalla.

Durante décadas mantuvo la ilusión de crear una película basada en esas historias, pero no fue hasta 2011 cuando esta se estrenó, gracias a la ayuda de Peter Jackson, y utilizando la animación por movimientos reales, hiperrealista. Tintín y el Secreto del Unicornio ganó el Oscar a Mejor Película Animada ese año, y fue un gran éxito de taquilla y crítica. Era la primera parte de una saga que llevarían juntos Jackson y Spielbarg, pero todavía no se sabe nada de la segunda parte, que debería haberse estrenado hace años.